domingo, 21 de mayo de 2017

Marcianos

Los políticos españoles están desorientados, y ven fantasmas por todas partes: ucos, udefs, ufos (unidentified flying object), ovnis, que es como se traduce en castellano a los objetos voladores no identificados. No identificados por los partidos o por los políticos mismos, que cuando los detienen exclaman: “¿Qué es eso de la UDEF?” Pues cualquier ciudadano sabe que se trata de la policía, la pasma, la bofia o los picoletos, aunque, en este caso concreto, sean la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. A las que, por lo visto, y a pesar de los apelativos, se les tiene mucho más respeto en la calle que en los parlamentos (contando los autonómicos, tenemos dieciocho en España, aunque a menudo nos preguntemos para qué). Y por eso ahora quieren controlar a la policía, como ya se hace con los fiscales y se intenta hacer con los jueces, pues a nuestros políticos no les gusta que les investiguen, ya que creen vivir en un cortijo que llamamos democracia. Así, los que están acostumbrados a meter la mano en las arcas públicas, cuando se les acusa por ello hablan de manos negras, mientras señorías y periodistas hacen cábalas sobre quién sustituirá al juez Velasco y enjuiciará los casos de corrupción “Púnica” y “Lezo”. En un país donde la justicia funcionase de manera independiente, ¿le importarían a alguien las ideas políticas de los magistrados de la Audiencia Nacional? Probablemente sólo a los imputados. Pero aquí le importan a todo el mundo, y todo el mundo cuestiona la actuación policial y judicial, lo que evidencia –además de una ausencia alarmante no ya de formación jurídica, sino de ética- que lo único que nos preocupa de la justicia es poder influir en ella. Algo normal, por otra parte, en quien está acostumbrado a mandar y a ponerse el mundo por montera, que no un tricornio o una gorra con la enseña nacional. Esta semana hemos escuchado a Cristina Cifuentes cuestionar la objetividad de la policía, y también a Isabel Nieto y a José Torres Hurtado, que curiosamente tienen en común ser investigados por los delitos de prevaricación y cohecho por parte de dos cuerpos policiales distintos, tutelados por la fiscalía y la judicatura. Pero a nuestros políticos les preocupa que los cuerpos de seguridad fomenten “el populismo mediático”. Y así todos los días. Quizá tengan en común participar en las mismas cosas de las que nos protegen. ¡Nos atacan los marcianos!

IDEAL (La Cerradura), 21/05/2017

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