Granada
es una ciudad tan pequeña que convierte en local lo universal. O quizá se trate
de una ciudad grande de gente pequeña, tan preocupada por el vecino o el rival
que es incapaz de ver lo bueno que hay en sí misma. Un ejemplo lo tenemos en la
conmemoración del aniversario de la muerte de Federico García Lorca. Mientras
en medio mundo se habla de la obra y la figura del poeta, aquí la clase
política se enreda una vez más en reproches y acusaciones de “propaganda
política”, como si efectivamente no hubieran pasado ochenta años y en las
calles de Granada siguiera enconado el mismo odio, ese gusto por la tragedia
que García Lorca supo retratar tan bien. “¡Oh pena de cauce oculto/ y madrugada
remota!” Los versos de Federico resultan proféticos. “Cuando yo me muera,/
enterradme, si queréis,/ en una veleta”. Y es una veleta la política local,
capaz de trivializar los símbolos universales, pero incapaz de fijar y
perseguir objetivos comunes. Así, no es de extrañar el pánico que se ha
desatado en la ciudad por la sola noticia de que en Málaga se ha constituido un
grupo de trabajo para afianzar su candidatura a acoger la Agencia Europea del
Medicamento, para la que Granada también se postula, aunque no se sepa cómo ni
si se ha hecho algo al respecto. Ha bastado con que el alcalde de Málaga,
Francisco de la Torre, declare que ha contactado ya con las instituciones
europeas para que aquí nos entren las prisas. Porque, ¿cómo iban a viajar a
Granada los funcionarios europeos? ¿En globo? No, probablemente volando al
aeropuerto de Málaga, que tiene vuelos diarios con Londres, sede actual de la
agencia, y con todos los países europeos. Y Francisco de la Torre ha añadido
una cosa obvia: “Granada tiene todo mi afecto y respeto, pero es difícil que
compita en conectividad”. Para empezar, la conectividad ha sido prácticamente
nula entre las instituciones, lo que podría explicarse –aunque para los
ciudadanos resulte inexplicable- porque estaban gobernadas por distintos
partidos políticos. Pero ni siquiera ahora, que la Junta de Andalucía, la
Diputación y el Ayuntamiento están gobernadas por el PSOE, parece que remen en
el mismo sentido. ¿A qué puede aspirar una ciudad que lleva dieciséis meses sin
conexión ferroviaria? Sin embargo, aumenta el número de turistas, que suman al
atractivo de Granada las dificultades para llegar a ella, como si compitieran
en los juegos turísticos. Mira: “Por el cielo va la luna/ con el niño de la
mano”.
IDEAL (La
Cerradura), 21/08/2016
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