domingo, 7 de junio de 2015

Carocas

Ya puestos a intercambiar sillones y cargos, podríamos cambiar la monarquía por la república, pues, si el rey ha conseguido que le aplaudan en la Asamblea de París, no sería extraño que ganara unas elecciones. Doña Leticia se ha convertido en un icono español, y cada vez que se pone un modelito es casi tan comentado como el de la Tarasca de Granada, de fucsia, con una rosa en el pecho y amplios pantalones, una mezcla de Claudia Schiffer y Kate Moss. La diferencia es que la reina, en setenta y dos horas, se cambió de vestido siete veces. ¿Será la política una cuestión de estilismo? Al parecer, ahora se llevan los políticos espigados, y ha contado Pablo Iglesias que, cuando quedaron, Pedro Sánchez pidió para cenar una tortilla francesa. ¡Porca miseria! ¡Traidor! Si por lo menos fuera una tortilla española, con sus papas y pimientos… Luego pasa lo que les pasa a la hora de hablar, que las ideas les salen sin sustento. No haré el chiste fácil con Torres Hurtado, que siempre tiene las ideas tan claras. ¡Que no me voy!, clamó ante los medios. Aunque quizá a esta hora le esté diciendo Luis Salvador lo contrario por teléfono, ya que ahora cortamos por el móvil. Al menos podrían quedar para comerse un solomillo, que es, por lo bajini, lo que piden algunos en el PP: jubilar al alcalde en funciones para que ellos no tengan que engrosar las listas del paro. Algunos confunden la política con sacar unas oposiciones, que no es lo mismo que trabajar en la oposición, claro. Pero así estamos escribiendo la historia de España, donde recitamos la lista de imputados como si fuera la lista de los reyes godos. Por eso el Gobierno y los principales partidos trabajan para eliminar de la ley esa palabra, y de paso la libertad de expresión. No quieren que los periodistas hagan su trabajo, y que graben las detenciones de los “investigados”, vocablo que vale tanto para un presunto delincuente como para Mortadelo y Filemón. Y no debe ser una casualidad entonces que el mayor éxito de la Feria del Libro de Madrid sea “El tesorero”, un cómic protagonizado por la singular pareja que, de la mano de Francisco Ibáñez, tan bien ha sabido explicar la realidad española: Mamerto Roboy, Demetria Costipal, el ministro del Peculio y el tesorero del Partido Papilar, ¿no son personajes reales? Porque, en España, padecemos mejor a nuestros políticos gracias a las viñetas y las carocas. Nos morimos de risa.

IDEAL (La Cerradura), 7/06/2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario